Tuesday, May 6, 2025

Roma: entre mito y realidad, así nació la ciudad eterna

Hablar del origen de Roma es como abrir un libro donde historia y leyenda se abrazan. En su primera página, no encontramos fríos datos arqueológicos, sino una narración cargada de drama, amor, venganza y destino. Porque Roma no empezó simplemente como una aldea más entre colinas; nació con el aura de lo épico, como si desde su primer aliento supiera que estaba destinada a cambiar el mundo.

Rómulo y Remo: la leyenda que late en sus nacimientos

Todo comienza con una historia que parece salida de una obra de teatro griego: Numitor, rey legítimo de Alba Longa, es destronado por su hermano Amulio. Para evitar que la descendencia de Numitor reclame el trono, obliga a su hija Rea Silvia a convertirse en vestal, condenándola al celibato. Pero los dioses, esos que en Roma siempre tuvieron voz y voto, intervienen: Marte, el dios de la guerra, la visita, y nacen dos gemelos, Rómulo y Remo.

La historia continúa como un cuento de supervivencia: abandonados en el Tíber, salvados por una loba, símbolo de fuerza y ​​protección en la cultura romana, criados por un pastor. Cuando llegan a la adultez, los hermanos hacen justicia, restauran a su abuelo en el trono y deciden fundar una ciudad donde todo comenzó.

Pero ni siquiera la sangre puede frenar la ambición. Rómulo y Remo discuten sobre dónde y cómo fundarla. La disputa termina en tragedia: Rómulo mata a su hermano y traza los límites de Roma. Nace así una ciudad bañada en gloria, pero también en sangre.


Loba capitolina o Luperca amamantando a Rómulo y Remo. Imagen tomada de wikipedia

La arqueología detrás del mito

Aunque la leyenda es parte inseparable del relato romano, las excavaciones arqueológicas en el Monte Palatino confirman que hacia el siglo VIII a.C. ya existía allí un asentamiento. Varios grupos latinos y sabinos habitaban la zona, organizados en clanes o gentes , con estructuras sociales que darían forma a la futura sociedad romana.

Se sabe que Roma se formó como una federación de aldeas sobre las siete colinas. No fue un “acto fundacional” aislado, sino un proceso complejo donde el mito probablemente sirvió como una forma de unificar a pueblos diversos bajo una historia común.

Plano topográfico de Roma, con el Palatino en el centro. Imagen tomada de wikipedia

Una ciudad con vocación de imperio.

Lo fascinante del origen de Roma no es solo su mezcla de realidad y fantasía, sino cómo ese origen prefigura lo que vendrá: el dominio militar, la importancia del derecho, la centralidad de lo divino y la aceptación del sacrificio como parte del destino colectivo.

Desde sus inicios, Roma fue más que un lugar: fue una idea, una voluntad de poder, una narrativa de grandeza que sus habitantes creyeron con fervor. No es casualidad que incluso hoy, más de dos mil años después, la ciudad siga siendo un símbolo de civilización, resiliencia y ambición humana.

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