Tito Flavio Domiciano es considerado uno de los emperadores más tiranos y crueles que han pasado por el trono del Imperio Romano. Muchas fuentes confirman este dato, pero ¿Es cierto que fue tan vil y que se comportaba de manera dictatorial con su pueblo? Para conocer la historia de este personaje histórico podemos introducirnos perfectamente en el libro de Santiago Posteguillo, Asesinos del emperador, dónde se aprecia la sucesión de los emperadores del siglo I dC y se ve la novela muy enriquecida por la gran labor de documentación histórica que lleva. . . . detrás de una obra de tal categoría.
Al ser ya emperador Vespasiano, la dinastía Flavia se establece en Roma con la fuerza de los dos césares, Domiciano y Tito. El ingenuo de Domiciano se ve incrementado el día que ve por primera vez a Domicia Longina, hija del legatus Corbulón que se suicidó en época de Nerón a cambio de salvar la vida de su familia por la sentencia de traición, la cual estaba casada con Lucio . Aunque Domicia estuviese casada, no iba a ser un problema para que Domiciano consiguiese salirse con la suya y poseerla. Domiciano contó con la ayuda de Antonia Cenís, esposa de Vespasiano que quería acercarse a este Cesar, quien parlamentó con su esposo para que ofreciese a Lucio ser legatus en Tarraconensis con el fin de aceptar un divorcio.
La maldad de Domiciano se puede verse iniciada por el desprestigio que ha tenido siempre y que ha acontecido a tantas desigualdades e injusticias que no eran comparables con su hermano Tito que fue benévolo con la población afectada por la erupción del monte Vesubio. El odio hacia Tito y la obsesión por el poder, según la novela de Posteguillo, le consumieron hasta el punto de dejar morir a su hermano y negarle ayuda médica.
En el año 79 dC se sienta en el trono teniendo en frente a medio mundo que le obedecía. Lo primero que hizo tras su ascenso fue subir el salario a la guardia pretoriana para asegurar su lealtad; Los problemas en la frontera del Danubio continuaron siendo un gran foco que se enfocó tras el avance de los Dacios. En el año 89, para colmo del emperador, Saturnino se rebela y consigue establecerse en Mainz en contra del Dominus et Deus con la ayuda de los bárbaros y las legiones XIV y XXI. Ante el avance extranjero, Domiciano tuvo que pedirle ayuda al legatus Trajano que con su legión procedente de Legio consiguió arrasar a las tropas bárbaras.
En el tema de sus esposas fue muy libre y andaba a las andadas de cualquier patricia romana ¡Incluso hacía abortar varias veces hasta la muerte a su propia sobrina Julia Flavia! Domicia Longina tenía un gran peso en su espalda al presenciar todos estos episodios, pero su gran carácter la hizo aguantar hasta el inicio de la rebelión encabezada por Partenio, consejero imperial harto del abuso de Domiciano.
El libro nos deja también detalles de la religión cristiana como pudieron ser las persecuciones contra los cristianos que tuvo el emperador, en las que pudo estar el martirio hacia San Juan (él único apóstol vivo).
Era tan escasa la confianza del emperador Domiciano que tenía de los demás que su odio se manifestó en contra de la administración. Esto le llevaba a modificar su gobierno de manera reiterada y hasta ejecutar a 11 senadores (entre ellos estaba Manio, amigo de Trajano).
No todo el mundo odiaba a Domiciano o en cierta manera sí pero apreciaban su vida y temían al Germanicus, Dominus et Deus y le hacían lo que consideramos “la pelota” alagándole como era el caso de Estacio (su poeta personal).
Toda la historia de un malvado no acaba bien, por lo que esta no iba a ser una excepción. Domicia, en la revuelta contra el emperador, asesina a Domiciano con la daga de Tito para vengarse de todo el dolor que le hubiera causado y la soledad que sentía tras la marcha de Tito al compartir un romance. En la Domus Flavia se puso fin al legado de Domiciano y con un desenlace dramático muy interesante y que deja en el aire diferentes opiniones sobre este imperator.
Domiciano es considerado un emperador cruel y paranoico según las fuentes clásicas, que lo definían también con un gran patriotismo y con fán de integrar la tradición romana en todo su territorio. No obstante, es destacable que haya indicios de que a esta figura imperial le gustase la literatura y la oratoria como manera de entender el mundo.
Para terminar, Santiago Posteguillo realiza un trabajo exquisito para poner en situación a un lector que se quiere aventurar en la Roma del siglo I dC con ayudas gráficas como mapas (el que más me ayudó fue la serie de fases de la batalla de Tapae), líneas sucesorias, lista de personajes y cuenta con un vocabulario fácil de entender y poder iniciarse en el mundo de la antigua Roma. Por ello, esta obra puede convertirse perfectamente en tu lectura ideal para ampliar conocimientos específicos de los romanos. Además, es importante recordar que no hay que asustarse con la gran extensión ¡Es una obra que se hace amena y merece la pena leer!
Me está encantado Roma soy yo…me apunto este para seguir con el descubrimiento del imperio Romano! Gran trabajo sobrino . Sigue así!
ReplyDeleteSon libros muy buenos, entretenidos y que te dan una buena visión de lo que fue Roma. Me alegro de que te guste el mundo romano y sobre esta reseña también tendrás más sobre otros libros de Santiago Posteguillo.
DeleteMuchas gracias por tus comentarios